Poco se habla de las relaciones interpersonales entre alumno y profesor dentro del ámbito de las artes marciales. Quizá esto se deba a que se fomenta la practica marcial a través la “disciplina” como una mera formación conductiva, transmitida de este modo desde hace varias generaciones, priorizándose objetivos y performance, ante que a las personas.
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La relación es un vínculo entre una o más personas
que se retroalimentana través de la confianza
y la cooperación mutua para fines en común.
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En los tiempos en el cual vivimos, es importante considerar que estamos ante una sociedad cuyos vínculos entre las personas están dañados, fragmentados y que además reina la desconfianza en cualquier ámbito en que nos encontremos. Por lo tanto podemos decir que esta situación contextual la llevamos inconcientemente a cada instante de nuestra vida en el ámbito que nos movamos, incluso en el ámbito de la actividad física.
Por que es importante la calidad en la relación interpersonal en ham do?
Por que estas abren espacios de posibilidad en la convivencia entre practicantes y crea contexto de bienestar para participar productivamente en las distintas actividades que existentes.
Además permite sostener un proceso de aprendizaje liviano y motivado, ante un grupo que aporta calidad humana.
Ahora… ¿podemos hacer algo al respecto? Por supuesto que sí. Ganar espacios creando y sosteniendo un compromiso en la relación con los demás y no, precisamente en tener relaciones por compromiso.
Crear y recrear buenas relaciones interpersonales dentro del ámbito del ham do es sumamente importante para que estas sean productivas en el bienestar del grupo de participantes.
En un grupo donde la relación es mediocre o mala, crea un ambiente carente de afecto y genera con el tiempo desgano y falta de interés en la participación de la clase.
La importancia de tener una buena relación personal entre alumno y profesor, implica en ambos tomar compromiso en ser claro y respetuoso en lo roles que cada uno ocupa y que este sea sostenido por una clara comunicación donde reine la integridad, el buen trato, la confianza y la escucha.
Un alumno o profesor que no confía y no respeta el rol que el otro ejerce, no solo hace posible una futura fractura en el vínculo, sino que, desde este espacio de escasez cierra posibilidades a la motivación, al aprendizaje y a la enseñanza, generándose falsas expectativas en uno mismo como también en los demás.
Tener una buena calidad en la relación con un otro, abre además, espacios de posibilidades para el desempeño personal, el trabajo en equipo, la convivencia en la competencias, en los viajes, en reuniones, en proyectos, etc.
La manera de relacionarnos con otros implica además tener humildad en la manera de comunicarnos, y conceder un espacio de reconocimiento sobre el desempeño de los demás.
Todos somos personas con grandes anhelos deseosos de abrazar resultados satisfactorios, pero para ello debemos contar con personas que también cooperen con nosotros. Y sobre la calidad de relaciones que tengamos con las personas, vamos a contar o no con ellos, en tanto que en base a la calidad de relaciones que sostengamos, estas van a impactar en los resultados futuros.
Eduardo Sánchez
Director de la organización Ham Do
Coach Organizacional
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